Al final del camino, dejarla no era lo que quería.
Desde siempre tuve que enfrentar problemas, los mismos no provenían de afuera, salían de mi misma casa. Nunca se me dio tiempo para darme cuenta que un nene no tenia porque hacerse cargo de una madre que estaba desequilibrada psiquiátricamente. Ese nene sabia que podía salvar a su mama, sabia que debía hacerlo y siempre intento llenar de amor un abismo, en donde muchas veces el abismo devolvía la mirada.
Siempre busque mujeres fuertes como pareja. Siempre me apoye en ellas y el trato fue mucho mas sencillo que el que había en mi casa, yo amaba con todo lo que podía, y ellas me apoyaban. Mientras tanto por parte de mi casa, la cual hubiese estado bueno que fuera una base mucho mas segura que las constantes ruinas desbastadas por la misma ola de dolor y odio que pasaba desapercibida por su incesante trabajar, seguían arremetiendo los problemas, desequilibrándome una y otra y otra y otra vez, hasta el punto que desatendía mis parejas. ¿Y como iba amar con todo lo que podía, si ni siquiera podía amarme a mi mismo? ¿Cómo iba a poder amarme a mi mismo, si ese nene no podía salvar a su mama y se encontraba totalmente metido en el abismo?
Lentamente la relacion con mi familia fue infectando y pudriendo todos los aspectos de mi vida, tomándome en la vorágine del delirio mal armado de una mujer herida.. Mis relaciones no quedaron exentas de eso.
El problema arrancaba cuando empezaba un verdadero amor por aquellas mujeres, amor que trascendió la búsqueda de apoyo, Amor del mío, no de aquel que se comerciaba, no aquel que se le mendigaba a esa locura. Amar con locura, mi locura.
Inconscientemente la mayoría de las veces y algunas veces entendiendo las situaciones, buscaba separar a estas mujeres tan importantes de esta vida, protegerlas de la ola, protegerlas de la malicia que constantemente acechaba con derribar aquello que muchas veces fue lo único lindo de mi vida, aquello que me sostenía y que me daba una razón por la cual luchar, mas que la misión imposible de ese nene. Aquello que con amor construíamos. Aquello que no permitía que la ola derribe.
No es sin un costo y nunca tuve la herramientas ni la fuerza para lograr que la ola no me derribara a mi, no me afectara, no me contaminara, o no me haga parte de la misma.
Hoy nuevamente digo basta de la ola, hoy mis herramientas son otras y busco un nuevo camino hacia otro lugar que no sea alcanzado por ese dolor.
Al final del camino, dejar a Florencia no fue lo que quería, fue lo correcto.(meses despues de esto cai en que me pelotudiaba y me cagaba con todo el que podía). Me perdono por no haberla podido proteger de la situación y le deseo lo mejor, sobre todo sabiendo que ella también fue contaminada por la ola (sin embargo es innegable que la florencia que yo vi, me salvo la vida). Entiendo que el día de mañana voy a ser un mejor hombre para que una mujer no deba vivir con un Julián que tenga miedo de amar (se). (Y la mujer que era realmente me destruyo)